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Los carbohidratos son un macronutriente esencial para el organismo que se encuentra principalmente en alimentos como la patata, el arroz, el maíz o el trigo, su función es la de proveer energía al organismo a través de una serie de mecanismos que utiliza el cuerpo para transformar estos alimentos y almacenarlos según la cantidad de energía requerida.
Sabemos ya que son y cuál es su función, pero dependiendo del tipo, ya sean complejos, o simples van a actuar de forma diferente dentro de nuestro organismo produciendo unos efectos u otros.
Los carbohidratos simples están formados solamente por una o 2 moléculas de azúcar, esto significa que serán absorbidos más rápidamente en el cuerpo ya que no precisan apenas de digestión.
Algunos ejemplos podrían ser alimentos como la miel, las mermeladas o el azúcar de mesa.
Y ahora la pregunta que os estaréis haciendo es, ¿Esto quiere decir que NO podremos consumirlos? Definitivamente sí se pueden consumir siempre y cuando la cantidad de estos sea moderada y a poder ser después o antes de una actividad física intensa.
Después tenemos en el otro bando a los carbohidratos complejos, estos están formados por varias moléculas de azúcar entrelazadas y la mayoría de veces con un contenido medio/alto en fibra, esto significa que la velocidad de absorción será más lenta, a la vez que tendremos un mayor efecto saciante.
Es por esta razón por la cual la mayoría de carbohidratos en nuestra dieta deberían ser complejos, esto mantendrá nuestra insulina estable, evitando picos altos y bajos y a su vez, la tan conocida ansiedad.
El cuerpo humano es una máquina perfectamente diseñada para la supervivencia, esto significa que nuestro cuerpo tiene unas “reservas” de energía, imagino que la gran mayoría de vosotros estaréis pensando en las reservas lipídicas o de grasa que tenemos en el cuerpo, pero antes de eso, nuestro cuerpo utiliza todos los carbohidratos que ingerimos a través de la dieta para almacenarlos en nuestros depósitos de glucógeno muscular y hepático, estos depósitos son capaces de almacenar gran cantidad de glucosa para su posterior utilización en actividades donde sea requerido.
Esto permite que podamos ingerir gran cantidad de carbohidratos sobre todo en personas deportistas y muy activas, pero como todo en esta vida, estos depósitos tienen un límite, una vez están saturados tanto a nivel muscular como hepático, nuestro metabolismo utiliza esos carbohidratos y los transforma en grasa, pero esto es un proceso bastante costoso para el cuerpo.
¿Entonces si tomas un plato de arroz por la noche vas a “engordar”? Y la respuesta es que nuestro cuerpo no sabe si vamos a ir a dormir o si seguiremos despiertos, con lo cual sería erróneo pensar lo típico de: “No los tomo porque no los voy a quemar”. Siempre y cuando nuestros depósitos todavía tengan capacidad para almacenar glucosa, estos serán utilizados por las células musculares y no como formación de nuevo tejido graso.
Espero que con lo anteriormente dicho os haya quedado claro el concepto y sobre todo haber quitado el miedo por este macronutriente el cual es demonizado por muchas personas que se quieren poner a dieta y quieren bajar esos kilos de más, mi humilde consejo es que sigáis una dieta equilibrada en macronutrientes, hagáis ejercicio regularmente y sobre todo y lo más importante es que disfrutéis con vuestra alimentación, sé que puede sonar difícil pero creerme que se puede disfrutar a la vez que conseguís vuestros objetivos, y quien os diga que no, os está mintiendo.
Esperamos que esta información te sirva de ayuda para mantenerte sano y equilibrado.
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